U.S.C.T.Z.
EXCURSIÓN A TUDELA (LA GRAN DESCONOCIDA)
9-3-2024
NÚMERO DE ASISTENTES: 48
Un cierto asombro se produjo entre nuestros socios y simpatizantes cuando anunciamos esta Excursión Cultural, porque muy pocos habían oído hablar de los múltiples atractivos que se encierran entre las concurridas calles y plazas de Tudela, así que cuando se detallaron en el programa algunos de los rincones más emblemáticos de la ciudad de la Mejana, más de uno/una se inscribió rápidamente para comprobar por sus propios ojos que todo lo que anunciábamos era cierto. Los gurús de la meteorología anunciaban durante toda la semana un fuerte temporal con lluvia abundante y mucha nieve, que supuso un pequeño freno a la inscripción, pero con todo y con eso, nos juntamos un buen puñado de curiosos dispuestos a desafiar al tiempo. Una vez más, se pudo comprobar que la suerte acompaña a los decididos, pues transcurrió la jornada sin que nadie tuviera que abrir el paraguas. Tras desayunar en los distintos bares que se encuentran en la bonita plaza de Los Fueros, comenzó el recorrido por Tudela de la mano de nuestra guía Amaia que no escatimó esfuerzos a la hora de explayarse con las explicaciones históricas y artísticas que acumula la ciudad. Así tras contarnos lo más interesante de la historia de la Plaza de los Fueros, paseamos por sus calles, curiosas plazas como la de Mercadal y estrechos callejones hasta desembocar en la Iglesia de San Nicolás que se halla en plena restauración.
Y a partir de dicho lugar, comenzaron los puntos fuertes de la visita. El primero, la Iglesia de la Magdalena que nos gustó mucho. Pero sólo era el aperitivo de lo que vendría a continuación: la Catedral del siglo XII, declarada Monumento Nacional en el año 1.884 nos dejó boquiabiertos desde que nos situamos frente a la espectacular Puerta del Juicio donde Amaia se explayó en los muchos detalles que adornan dicha puerta. Luego, la Torre Nueva, el soberbio Altar Mayor con un impresionante retablo gótico, el coro, el órgano barroco… y para finalizar la visita, el recorrido por el Claustro Románico. A estas alturas, el listón se había puesto tan alto, que el resto de plazas y calles ya fueron sólo un complemento de la visita y como además se acercaba la hora del vermut, pues Amaia con muy bien criterio optó por dejarnos libres, no sin antes recomendarnos subir al cerro de Santa Bárbara .
Donde se asentaron los primeros pobladores de Tudela y desde donde se obtienen unas vistas panorámicas estupendas de la ciudad, del río Ebro y su famoso puente de origen árabe (con sus 17 arcos y 360 metros de largo)
Y de la huertas donde se cultivan los famosos cogollos y alcachofas de Tudela famosos en toda España…y parte del extranjero.
Para completar la primera parte de la jornada, nos fuimos a comer al restaurante “La Parrilla” donde nos sirvieron unas espectaculares pochas de Navarra con sus correspondientes “piparras”-y repetición incluida- seguidas de un ragout de ternera, una dorada al Orio y unas natillas caseras “de vicio” que nuestra gente “más dulce” canjeó por una fruta.
Ya sólo quedaba para completar la jornada la visita al Monasterio de Tulebras, el primer cenobio femenino de la Orden del Cister, fundado en el año 1.149, hoy día totalmente reformado. Allí la moja-guía nos estuvo contando su historia y luego nos llevó a la tienda donde venden vinos, multitud de productos alimenticios, de cosmética, adornos, imanes… y todo lo que tiene buena venta. “Parecen catalanas” comentó alguien a mi lado. “La pela es la pela, amigo” le contesté. En el camino de regreso a Zaragoza, me dio por pensar que curiosamente nos ocurre con cierta frecuencia que nos atraen más los destinos lejanos que los que tenemos a la vuelta de la esquina…pero son los tiempos que nos ha tocado vivir.