Grupo de Senderismo L’ANDADA U.S.C.T.Z.
DEL ÉSERA AL CINCA
NÚMERO DE ASISTENTES: 44
Llegó la penúltima excursión del año con un programa de lo más atractivo: un recorrido por tierras del somontano de Barbastro preparado con el mimo y el entusiasmo que siempre ponen en la elección de las rutas Conchi y Pedro ó Pedro y Conchi que “tanto monta, monta tanto”, con final en Torreciudad para que el grupo de “L’Andada” terminara el año en gracia de Dios.
Se notó que el recorrido era del agrado de nuestra gente ya que en esta ocasión nos juntamos 44 senderistas, seis menos que en la última que prepararon este par de fenómenos en el mes de abril de 2.018, que viniendo de donde venimos, no está nada mal. Estas cifras nos hacen recuperar la ilusión de que tal vez y no tardando mucho, nuestros senderistas de siempre regresen al redil de las buenas costumbres y de nuevo seamos un grupo más numeroso pero igual de entusiasta.
Las dos rutas (la CORTA y la LARGA), tenían algún que otro tramo de dificultad, nada que no se pudiera superar con el buen humor que siempre nos acompaña. “Hemos puesto alguna cuesta arriba para oíros gruñir un poco” me confesó el bueno de Pedro con esa sonrisa mitad traviesa, mitad bonachona que él siempre tiene dispuesta.
Por si fuera poco, la mañana nos obsequió con un sol radiante que iluminaba las cumbres blanqueadas por la reciente nieve caída y el que más y el que menos, se aprovisionó bien de fotos para inmediatamente enviarlas a sus correspondientes “peñas” de amigos, no sólo por el gusto de compartirlas, sino para que se les pusieran los dientes largos y animarlos a participar en las siguientes excursiones.
Después de disfrutar de los recorridos, quedaba la segunda parte, esa que tanto nos gusta y que nosotros llamamos “recuperar fuerzas” (¡que “morro” tiene algunos/as, que lo de caminar les va poco!).De ello se encargaron en esta ocasión las buenas gentes del restaurante “Tres caminos” instalado en la localidad de El Grado que comenzaron a servir unas ensaladas en la que sobresalía un palmo de longaniza y un filetazo de jamón mientras que otros optaban por unos canelones que desaparecieron como por arte de magia de las cazuelas de barro donde fueron servido. No me obligaréis a confesar ni bajo tortura, pero yo vi a un par de personas chupando la cazuela.
A continuación vinieron los segundos platos que se repartieron casi al 50% el bacalao a la riojana y la longaniza de Graus con patatas seguidas de unas ricas natillas, el café y esas tertulias que tanto nos gustan una vez saciado el hambre.
Ya sólo quedaba el regreso a Zaragoza y obsequiar con una gran ovación a Conchi y Pedro cuando se bajaron del autobús en Barbastro. Así terminó una bonita jornada de senderismo, una más de las muchas que lleva organizadas nuestro club y que si nuestras gentes lo desean continuaremos programando en años venideros.