NÚMERO DE ASISTENTES: 14
Para echar el cierre a esta primera experiencia post-Covid, esperábamos contar en esta excursión con una asistencia más nutrida que nos diera ánimos a los organizadores para que al finalizar el verano pudiéramos plantearnos el regreso a las excursiones “de verdad”. No fue así, pero no por ello nos vamos a dejar arrastrar por el pesimismo, así que “amenazamos” con volver a organizar algo y si los hados son favorables, plantearnos una excursión a la antigua usanza, con autobús, comida en restaurante e incluso alguna visita sorpresa.
Pero eso es futuro y el presente que estamos viviendo es el que es, de tal manera que a la hora de comenzar la excursión éramos 12+1 los que nos presentamos a las puertas del Parque Delicias dispuestos a caminar en una mañana soleada y con la compañía del cierzo que era muy apropiada para evitar los golpes de calor.
Dado que el número de participantes era muy reducido, en esta ocasión se obvió el recorrido “corto” y todos nos decantamos por el “largo” con el firme propósito de terminarlo antes de comer. Y así fue. Tras llegar al Anillo Verde, nos dirigimos hasta las estribaciones del barrio de Valdespartera y tras bordearlo por un camino adornado de pinos, fuimos pasando por las urbanizaciones de Montecanal y Rosales del Canal hasta desembocar en el lago “Penélope Cruz”.
Las orillas del Canal Imperial fueron nuestro siguiente objetivo y tras para hacernos algunas fotos de grupo, continuamos ya sin descanso hasta el restaurante “Casa Nalda” donde ya nos estaban esperando con una cerveza bien fresca y una apetitosa comida regada con vino del campo de Borja.
Si mucho se había hablado durante la excursión, cuando el tinto de Borja comenzó a hacer su efecto, las lenguas todavía se desataron más y más, prolongando la sobremesa con los consabidos postres y cafés hasta que “cada mochuelo regresó a su olivo” deseándonos un feliz verano y citándonos para el mes de septiembre, ojala que con el miedo a los contagios lo tengamos ya superado.