NÚMERO DE ASISTENTES: 25
Después de tanto tiempo sin realizar actividades debido a la Covid, nos decidimos a programar una excursión de senderismo con el fin de tomar contacto con la actividad y comprobar el estado de ánimo de nuestros senderistas.
Como el horno todavía no está para hacer bollos, pensamos que lo mejor era realizar una ruta urbana para no tener que poner a nuestros compañeros de andadas en el brete de tener que decidirse por subirse a un autobús mascarilla en ristre.
Así las cosas, llegó el día de la excursión y allí estuvieron fieles a la cita 25 aguerridos/as dispuestos a pasar una mañana caminando en buena compañía. Algunos excusaron su ausencia por diversos motivos y otros cuantos ni siquiera se enteraron del tema.
De cualquier forma a la hora señalada fuimos de la partida 25 y aunque unas ligeras gotas de lluvia se sumaron al grupo cuando comenzaba la excursión (más que nada para que el polvo del camino no nos molestara) apenas habíamos llegado a la Pasarela del Voluntariado, comenzó a lucir un sol espléndido que ya no nos abandonó en el resto de la mañana.
Pronto se formaron los distintos grupos y como de costumbre cada uno se unió al que llevaba el ritmo que más iba acorde con sus fuerzas. De vez en cuando una parada para reagruparnos y no perder a nadie, porque luego si perdemos a alguien, las reclamaciones de los familiares son un engorro: que si el kilo de abuelo se cotiza ahora a no se cuantos bitcoins, que de donde saco yo a otro abuelo que lleve a los nietos al kárate, que mire usted ahora que estaba tan majo después de haber pasado el Covid…total que resulta más práctico esforzarse en no perder a nadie por si las moscas.
Cuando llegamos al Parque Deportivo Ebro, hubo que echarle el guante a tres ó cuatro que ya se iban directos a la Escuela de Hostelería de Miralbueno…y hubo que convencerlos de que la comida había que dejarla para más adelante y es lo que decía una: “Si es que no se leen el anuncio de la excursión. Allí lo ponía bien claro”.
De cualquier forma fue una mañana muy agradable y todos nos conjuramos para continuar con estas excursiones urbanas hasta que se pueda volver a las que más nos gustan, esas que terminan con una buena comida y una visita a algún lugar curioso. Tengamos paciencia que todo se andará…nunca mejor dicho.