NÚMERO DE ASISTENTES: 30
Año tras año, la asistencia al Belén Montañero va disminuyendo. Da igual quién organice el recorrido, Os Andarines de Aragón, los Mayencos de Jaca o el club al que le toque, el hecho cierto es que de aquellos años donde era problemático encontrar un lugar adecuado para aparcar tantos autobuses de los de 56 ó más plazas, hemos pasado a este año de 2.018, donde con tres autobuses de poco más de 30 plazas hubo más que suficiente para desplazar a los participantes en esta edición 57 que se celebró en la cercana localidad zaragozana de El Burgo de Ebro. Y nuestro club tampoco es una excepción, ya que de los 57 participantes en el año 2.016, hemos pasado a los 30 en este año. Es un tema que invita a reflexionar que hacer en los próximos años.
De cualquier manera, la jornada transcurrió con buen ambiente desde el comienzo en la Cartuja Baja, donde nos estaban esperando l@s componentes del grupo Os Andarines de Aragón con un chocolate caliente servido en el pabellón, que abrió el fuego al llenado de los estómagos. A continuación entró en juego nuestro ya clásico vino moscatel acompañado de pastas y así continuó la jornada que ya no pararía hasta bien entrada la tarde.
A eso de las 9’30 se comenzó a caminar por el GR-99 en dirección a El Burgo acompañados por unas ligeras gotas de agua que aparecían y desaparecían para que la gente hiciera ejercicio con los brazos abriendo y cerrando los paraguas. A mitad del recorrido, las nubes se fueron marchando y cuando aparecimos en El Burgo de Ebro, un sol incipiente comenzó a desperezarse mientras nos servían un “caldico” bien caliente.
Quedaba el tramo hasta la ermita de Nª Sª de Zaragoza la Vieja que se hizo con el sol acompañándonos en nuestro caminar por las orillas del Ebro y cuando llegamos, ya nos estaba esperando un nuevo avituallamiento: mantecados acompañados de vino dulce. A continuación se procedió a plantar un ciprés conmemorativo, a colocar el Belén y a escuchar villancicos y canciones populares navideñas amenizadas por el grupo “La Marcheta” que no contentos con eso, salieron luego al exterior de la ermita para interpretar varias canciones festivas con sus respectivos bailes a los que se sumaron un buen número de participantes en el Belén.
Como colofón, se puso la guinda para nuestro grupo, con una comida en el restaurante “Elena” de Fuentes de Ebro que tuvo la deferencia de abrir su comedor sólo para atender a los componentes de L’Andada, y no sólo se limitó a abrir el restaurante, sino que además nos obsequió con un soberbio menú donde desde el exquisito consomé de auténtico cocido que abrió la comida hasta los postres, todo estaba de lujo.
Puso colofón a la comida una auténtica rapsoda que entre otras poesías nos emocionó con su recitado de “La casada infiel” de Federico García Lorca, lo que le valió grandes aplausos.
Sólo quedaba felicitar con una gran ovación a l@s cociner@s y camarer@s que nos hicieron disfrutar de lo lindo con sus elaborados platos y su buen trato profesional antes de emprender el regreso a Zaragoza. Sólo hubo una pega: el trayecto fue demasiado corto para “echar” una siesta acorde con la comida.
Al final del viaje, como suele ser costumbre en esta época del año, se sucedieron los buenos deseos para estas fiestas y para el próximo 2.019.