Muy cerca del túnel internacional de Bielsa, comienza la senda que lleva al refugio de Trigoniero, camino del puerto del mismo nombre. Afortunadamente, el primer tramo, en el que acompañamos el barranco, no es muy exigente y permite calentar poco a poco.
Acabamos de estrenar el otoño y un buen número de setas nos saludan al paso, lepiotas, amanitas rúsulas, boletus y algún robellón.
Llegados al plano donde se asienta el refugio, se ve con claridad que la ascensión hasta el ibón, va a ser durilla por una ladera infame, que hace desistir a más de uno, con buen criterio, creo.
También fue durillo el último trama por carretera pero como siempre conseguimos levantar nuestros preciados trofeos en forma de jarras de cerveza.
Reseñar un grupo de insurrectos que recurrió al auto-stop con tal de levantar la jarra antes que los demás.
Paco Aguilar BFE