NÚMERO DE ASISTENTES: 74
¡Cuánto “mal” se dio el bueno de Mariano Alcubierre para preparar esta excursión! Sólo l@s más allegad@s con su santa esposa a la cabeza lo sabemos. Así que luego eso se nota cuando tiene lugar la excursión. Pero si incluso el día que fuimos a hacer la preparación ¡iba quitando piedras del sendero para que nuestros delicados pies no tropezaran con ellas el día de la excursión!
Por no deciros la preocupación que le invadió cuando tres días antes anunciaban “cuatro gotas” los meteorólogos: que si nos resbalaremos, que si tendremos que hacer una ruta alternativa, que, que, que…Pero Mariano, le dije, después de tantos años y aún desconfías de nuestra suerte con el tiempo.
Total, que llegó por fin el día de la excursión y como nuestra gente de L’Andada no es tonta, pues nada menos que 74 “colegas” nos dimos cita para no perdernos esta ruta senderista a lo que no falto ni siquiera el sol como lo atestiguaban al final de la misma los rostros y los cuellos de bastantes caminantes.
Nadie se quiso perder la caminata “corta” y hasta l@s más reaci@s a caminar se unieron a la fiesta y aunque algun@ gruñó un poco al final del recorrido, en el fondo, a todo el mundo le gustó pasear por las orillas de los ríos La Val y Guadalope con ese montaje de pasarelas salpicando la ruta y con el embalse de Aldehuela como punto final de la misma.
Llegados a este punto, l@s de la caminata “larga” se introdujeron hacia el interior de la Hoz Mala (nombre que no hace justicia a la belleza del lugar) por un viejo sendero que recorre el cauce del río Guadalope donde los pasos del río y las zonas más escarpadas se salvan con gran facilidad gracias a las nuevas pasarelas instaladas hace apenas un año.
Todo el mundo se sorprendió con la belleza natural de los desfiladeros y badinas del río Guadalope, el barranco Villarosario con unas vistas impresionantes sobre el cañón de la Hoz Mala, sin olvidar el desfiladero del río Guadalope hasta su salida en el antiguo molino de la Tosca. Tod@s estuvimos de acuerdo que esta ha sido una de las excursiones más bonitas de los últimos años de nuestro grupo de senderismo y nadie se quejó del esfuerzo que hubo que hacer para completar el recorrido, porque el premio compensó con creces dicho esfuerzo… y el de Mariano que recibió una ovación cerrada y unánime como agradecimiento a su espléndida labor, que contó con la inestimable ayuda de su “peón de confianza” Fernando Aznar. Tan alto ha puesto el listón, que en el viaje de vuelta a Zaragoza ya se estaba empezando a preocupar con que ruta nos sorprenderá el año que viene para que no desmerezca de la de este año. Cosas de Mariano.
Después de un “sofocón” que duró más de media hora cuando se averió la puerta de uno de los autobuses y la hora de comer se nos echaba encima, por fin se pudo solucionar y con “hambre de lobo” llegamos al restaurante “La Mina” de Utrillas donde ya nos estaban esperando con impaciencia para servirnos una buena comida que sirvió de calmante para los nervios pasados y de paso para coger fuerzas de cara al recorrido del Tren Minero de Utrillas y su Museo de la Minería donde nos dieron una lección magistral sobre el duro trabajo de la gente que entra en la mina a diario, las herramientas que empleaban hace muchos años y las más actuales, así como la historia del tren que transportaba el carbón donde tuvimos oportunidad de montarnos y hacer un pequeño recorrido. El tiempo se nos pasó volando y tuvimos que salir “zumbando” de allí para que los conductores de los dos autobuses llegaran a Zaragoza antes de que se les pasara el horario permitido por la ley.
En suma una estupenda jornada que culminó con las buenas noticias que llegaban de nuestros dos equipos aragoneses de fútbol en el camino de regreso, recibidas con fuertes aplausos.