NÚMERO DE ASISTENTES: 60
Una vez más regresamos a tierras de la comarca del Jiloca para continuar recorriendo el Camino del Cid que hace ya seis años comenzamos en Torrehermosa en el límite de la provincia de Zaragoza con Soria y que en estos seis años, casi hemos completado en su totalidad la ruta que siguió el Cid junto con sus huestes en su destierro hace ya más de ochocientos años por la provincia de Zaragoza.
Sesenta aguerrid@s caminantes nos dimos cita a pesar de las negras previsiones (incluida la nieve) que anunciaba el martes día 16 el smartphone de nuestro amigo Estornel, pero que una vez más conseguimos ahuyentar el maleficio gracias a los buenos consejos que le dimos para que tirara su smartphone y se comprara uno nuevo donde anunciaran buen tiempo; no sabemos si nos hizo caso, pero el sábado amaneció una espléndida mañana de sol que afortunadamente dejó en muy mal lugar a la gente de AEMET.
En esta ocasión el recorrido transcurrió por el Reino de las Tres Taifas comenzando en Acered (fin de la etapa anterior) y pasando por las localidades de Atea, Murero y Manchones para terminar en Daroca justo debajo de la espléndida Puerta Baja; y para dar mayores facilidades, se programaron tres tramos para que cada uno eligiera el más acorde con sus fuerzas; así mientras l@s “poco andarin@s” seguían a Alejandro para recorrer el tramo Murero – Manchones – Daroca, el resto (casi la mitad de los participantes) se decidieron por seguir a Antonio y Estornel e intentar llegar hasta el mismo Daroca. No obstante, un@s cuant@s decidieron terminar en la vieja estación de tren Muero-Manchones donde estaba esperando el autobús que l@s llevó a Daroca, donde l@s muy “cabrit@s” acabaron con casi toda la cerveza de esta localidad de manera que cuando llegaron l@s “tragamillas” se tuvieron que conformar con una caña para cada dos personas.
La mañana soleada, nos permitió disfrutar de un recorrido largo (más de 22 Km.) y muy variado entremezclado de pueblos, chopos, campos de labor y en su tramo final acompañados por las aguas del río Jiloca que llevaba una buena cantidad de agua. Unas cuantas “fotos de familia” para con esa excusa descansar un poco y reagrupar al personal, mientras se reponían sales, líquidos, minerales y no se cuantas cosas más hasta que por fin las murallas de Daroca nos dieron la bienvenida y tod@s dimos un suspiro de alivio, ¡por fín! se oía a más de un@ gritar con entusiasmo, mientras hacíamos fotos de la Fuente de los 20 caños y de la hermosa Puerta Baja cuando la atravesábamos camino del restaurante “100 Balcones”.
Una buena comida donde siguiendo la tradición, Jesús Iglesias nos obsequió a los postres con esos orujos “made in cosecha propia” y aunque parezca mentira, una vez más consiguió sorprendernos con la nueva especialidad: “el orujo de miel”, al que acompañaban otra botella de orujo de hierbas y una tercera de “orujo para hombres”; todos ellos hicieron las delicias de nuestra gente y desató todavía más las lenguas que ya llevaban un buen rato ofreciendo un buen rendimiento. La ovación que recibió como premio a sus desvelos, es un premio más que merecido a su buen hacer y a lo mucho que nos mima. Con compañer@s de excursión como él, el grupo va aumentando en cantidad y calidad como lo demuestra el hecho de esos cuatro nuevos miembros que se “estrenaron” en esta ocasión y que ya están deseando poder apuntarse a la próxima excursión.
