NÚMERO DE ASISTENTES: 33
Como todos los años, cuando las hojas caen de los árboles, todos l@s aficionad@s al buen comer de nuestro grupo de senderismo sabemos que se acerca la fecha de “dejarnos caer” hasta la Escuela de Hostelería de Miralbueno para degustar los ricos platos que preparan l@s alumn@s de dicha escuela; por supuesto que este año no iba a ser menos y cuando salió publicada la excursión, enseguida se agotaron las plazas que nos habían concedido y nuevamente l@s que se “durmieron” a la hora de reservar se quedaron sin poder venir a disfrutar de una buena jornada gastronómica.
Por supuesto que antes había que “currelarse la comida” con una excursión voluntaria de senderismo urbano. En esta ocasión, l@s andarin@s vencieron por la mínima a l@s que se fueron directamente a comer sin pagar el peaje de la caminata y así, fueron 18 l@s que en mayor ó menor medida cumplieron con el rito de caminar; un@s desde la Pasarela de Vadorrey, otr@s desde el Puente de la Almozara y el grupo más numeroso desde el Puente del Tercer Milenio.
La temperatura animaba a caminar y el colorido del otoño todavía hacía más agradable el camino. Lástima que nuestro querido río Ebro no se sumo a la fiesta con una buena cantidad de agua, pero es que todas las “faenas” que le hacemos a la Naturaleza tiene un peaje que se llama cambio climático y que en esta ocasión se manifiesta con una sequía de las que antaño se llamaban pertinaces.
No obstante, el buen humor y la charla animada reinaron durante toda la mañana mientras pasábamos por los distintos puentes del recorrido, por el antiguo recinto de la Expo-2008 y subió de tono cuando nos reunimos a las puertas del Parque Deportivo Ebro con l@s “andarinas” y “andarines” que habían elegido la opción corta del recorrido.
Una vez en el comedor de la Escuela de Hostelería, pudimos disfrutar en esta ocasión de un estupendo menú degustación dentro de las “Jornadas de miel y cordero” que en estos días se están celebrando en dicha Escuela.
Los alumn@s nos recibieron con un cóctel de bienvenida para abrir boca (que dicho sea de paso no hacía falta por que la “gana” estaba en su punto) para a continuación, servirnos un sorprendente huevo de codorniz con foie, unos ravioli rellenos de queso y miel, seguidos de una merluza con crema de calabacín y costra de ajo y miel que estaba para chuparse los dedos, todo ello regado con un rico vino blanco de la tierra.
Todavía quedaba degustar un tournedó de ternasco que no levantó boinas porque ahora no se estila esta prenda, pero si nos hizo relamernos de placer.
Y cuando creíamos que ya no podían sorprendernos, llegó el numerito final: sin que nadie se hubiera enterado se había celebrado una “boda de mentirijillas” entre Consuelo y Antonio (con permiso de sus respectivos cónyuges) que con gran habilidad flambearon un semifrío de miel y limón que luego nos sirvieron como postre acompañada de una exquisita tortilla Alaska que nos dejó “para el arrastre”. Ni la rica queimada de despedida consiguió hacernos olvidar el sorprendente y delicioso postre.
Las felicitaciones al profesor y l@s alumn@s fueron unánimes cuando nos despedimos de ellos hasta la próxima ocasión haciendo sonrojar a l@s más jóvenes de estos futuros cocineros si siguen así, van a hacer disfrutar un montón a sus futuros clientes.