24-11-2016 Puente de Piedra-Miralbueno

NÚMERO DE ASISTENTES: 30

Una vez más se lleno al completo el cupo permitido por la dirección de la Escuela de Hostelería de Miralbueno que en esta ocasión ascendió a 30 comensales.

Otro cantar fue el número de personas que se decidieron a caminar un rato por las orillas del río Ebro ya que a pesar de que la mañana invitaba a disfrutar de la Naturaleza acompañados de un espléndido sol otoñal, solamente ocho personas nos juntamos a la hora de empezar el recorrido. No obstante éramos pocos pero buenos… y con ganicas de “cascar”, así que las dos horas y media que duró hacer el recorrido completo, se pasaron en un voleo.

Durante el recorrido pudimos contemplar los bonitos tonos pastel de los colores otoñales instalados en los árboles que bordean las orillas de nuestro querido río Ebro, cuyas aguas limpias bajaban con indolencia siguiendo su camino hacia el mar. Luego en el Parque Luís Buñuel, nos sorprendió la presencia de una familia de cisnes blancos que presumían de su elegante porte nadando en las aguas que abundan en varias zonas de este bonito recinto y después de cruzar hacia la margen derecha del río por el Puente del Tercer Milenio (por cierto con unos cuantos de los cristales de protección bastante destrozados por los vándalos), llegó la hora de descubrir la bonita vegetación que adorna el paseo que bordea el río incluido un chopo centenario cuyas hojas caidas cubrían sus alrededores como si fuera una alfombra de unos preciosos colores amarillo y marrón.

Cuando por fin entramos al barrio de Miralbueno y como por arte de encantamiento, la velocidad del grupo subió un par de puntos e incluso más, conforme llegaban los aromas de la comida que los alumnos de la Escuela de Hostelería estaban terminando de preparar.

En esta ocasión la comida estuvo preparada por los alumnos de 2º curso tanto en el servicio de Restauración como en el de Cocina y Gastronomía Pastelera. Sea por ese motivo ó por que siempre se esmeran en hacerlo lo mejor posible bajo la atenta supervisión del profesorado, lo cierto es que la comida fue del total agrado de los comensales y encima sin tener que fregar la vajilla una vez terminada la comida. Como siempre para que los que no pudistéis ó no quisisteis asistir a esta excursión urbana, os pasamos a informar de lo que os perdisteis:

La primera atención fue obsequiarnos con el ya clásico cóctel de bienvenida que en esta ocasión se trataba del famoso “Dry Martín seco” que popularizó James Bond en sus películas para seguidamente recitarnos todo lo que nos esperaba a partir de ese momento y que era nada más y nada menos que:

  • APERITIVO: Bombones de rabo de toro; Hummus y Wonton relleno de pimiento y morcilla, acompañado de un rico vino blanco de la denominación de origen Cariñena.
  • ENTRANTE: Una rica Menestra de verduras.
  • PESCADO: Dorada con falso risoto.
  • CARNE: Bitokes con salsa poivadre sobre lecho de escalibada. Este plato tan peculiar se hizo acompañar con un rico vino tinto “Particular” de la misma denominación de origen.
  • POSTRE: Tarta de queso que alabaron hasta los menos “morrudos” y que lo empujamos hacia dentro con un moscatel de la tierra como no podía ser menos.

Aún no habíamos terminado de alabar el postre cuando comenzó a llegar a nuestra pituitaria los aromas de un delicioso café que puso fin a una deliciosa comida.

Y una vez terminado el banquete, un buen número de comensales comenzó a caminar hasta el barrio de Delicias no se muy bien si para bajar la comida ó para hacer gana de merendar

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