Desde Nueno, en cosa de una hora llegamos al lugar conocido como las gorgas de San Julián, donde el agua ha excavado un profundo barranco con formas caprichosas que llegan casi a cerrarse para no dejar ver el cielo.
Después, en la ermita del mismo nombre, tuvimos el privilegio de interpretar la vegetación que nos rodeaba, con las explicaciones de nuestro compañero Jesús. Madroños, carrascas y coscojas visten de mediterráneo este pintoresco rincón que se abre hacia la hoya de Huesca.
Pronto tenemos el Gratal ante la vista pero, llegar a su cumbre nos llevará un rato más.
A pesar de su humilde altura 1510 metros, la excursión acumula un desnivel de más de 1000 m. que no son moco de pavo.
Por su situación geográfica, este pico, de perfil inconfundible desde la autovía de Huesca o desde la carretera de Ayerbe, es un impresionante mirador sobre casi medio Aragón. Podemos ver sin movernos Monte Perdido y sus hermanas, o la Brecha, con Francia detrás y el Moncayo que da paso al reino de Castilla, con el valle del Ebro en el centro.
Todo lo anterior adornado con un día que, en cuanto al clima, rozó la perfección dio de nuevo como resultado otro éxito de LosMartesLibro.
Paco Aguilar
Becario forever