NÚMERO DE ASISTENTES: 51
¡Qué ganas teníamos de recomenzar la temporada de Senderismo! Y más cuando la primera excursión transcurre por el territorio de Mª José y Norberto, ese tandem que tanto se esfuerza cada año en sorprendernos con un bello recorrido y que siempre lo consiguen. El afán que ambos ponen para conseguir que todo salga perfecto llega a límites insospechados, como por ejemplo hacerse el recorrido seis veces durante los últimos diez días para conseguir que el trayecto resulte lo más placentero y cómodo posible, suministrar bastones a l@s participantes que no se traen ó que se les ha olvidado en casa, recibirnos siempre con la mejor de sus sonrisas por no hablar de esos masajes especiales que Mª José reparte sin escatimar esfuerzos. En una palabra que si esta pareja no existiera…habría que inventarla.
Para contribuir a que la jornada fuera de 10, el tiempo quiso sumarse a la fiesta con un día espléndido de sol y con una temperatura que no llegó a los 20ºC a lo largo del día, por no hablar de la espléndida comida que nos prepararon como siempre en el Hotel Reina Cristina.
Pero vayamos al meollo de la cuestión. Una vez dada buena cuenta de los bocadillos, cafés y dulces para no desfallecer durante la excursión en el mismo sitio donde luego celebraríamos la comida, nos trasladamos a Ríoseta, donde dieron comienzo los dos recorridos que habitualmente hace nuestro grupo de Senderismo. Así mientras l@s más “cachas” en número considerable seguían a Norberto (a pesar de sus advertencias previas sobre la dureza del recorrido), el resto optó por seguir a Mª José para dar un paseo placentero por el valle que hizo las delicias de l@s que la siguieron, ya que además ella sazona siempre el recorrido con sus notas sobre la utilidad de las plantas y anecdotas curiosas de la zona que conoce como la palma de su mano.
En cuanto al grupo de Norberto, enseguida comenzó a darse cuenta de que sus advertencias previas iban en serio pues desde el primer momento, el camino comenzó a empinarse y apenas un cuarto de hora más tarde alguno ya le estaba diciendo cosas como: “¿Te hemos hecho algo ú qué Norberto?”; “Si te hemos ofendido en algo perdona y si no ¿porqué nos castigas así?”, todo con gran cordialidad mientras el sudor comenzaba a llenar las frentes y otras partes de los cuerpos de l@s esforzad@s caminantes. Pero como el camino de ida era el mismo que el de vuelta, cada un@ optó por “echarse el tajo” que consideró oportuno, de tal manera que cuando se hizo el recuento en el ibón de Tortiellas, éramos diez los supervivientes. El esfuerzo bien mereció la pena cuando mientras se reponían fuerzas, podíamos contemplar la hermosura del paisaje y si bien en el ibón no había agua debido a la feroz sequía que asola nuestro Pirineo desde hace meses, no fue obstáculo para disfrutar de la grandiosidad de los picos como Lecherines, Aspe, ó la cara norte del pico de la Garganta de Aisa.
Ya durante la bajada, nos dio tiempo a fijarnos con más detalle de la vegetación compuesta principalmente de pino silvestre, hayas y pino negro, además de divisar a lo lejos la silueta del Midi mientras el ganado pastaba a sus anchas en los ricos pastos que bordean el ibón. Una vez de regreso en Rioseta, mientras un@s tomaban el camino de Santiago para llegar al Hotel Santa Cristina, otr@s optaron por prolongar un poco más la jornada dirigiéndose al mismo lugar por la “Sagueta”, un camino que pasa por las canteras que se están explorando y donde vimos enormes bloques de mármol y la maquinaria que hace posible conseguir dichos bloques.
Todos estábamos deseosos ya de comenzar a comer y después de “limpiarnos” el gaznate del polvo del camino con unas cervezas frescas, dimos buena cuenta de las delicias con que siempre nos sorprenden en el comedor del Hotel Reina Cristina, para seguidamente “echar la siesta” en el camino de regreso a Zaragoza.
