NÚMERO DE ASISTENTES: 65
Un nuevo miembro de nuestro grupo de Senderismo debutó en la tarea de preparar un recorrido que se adaptase a las peculiaridades de nuestra variopinta gente y como suele suceder en estos casos, se devano los sesos para que todo fuera del agrado de la mayoría, lo que consiguió plenamente ¡Pero si hasta consiguió que hiciera un día espléndido de sol ¡ Claro que apellidándose De Dios, así cualquiera! No tuvo más que hablar con su pariente, que sólo para hacernos rabiar un poco, soltó unas goticas de agua cuando íbamos a comenzar a caminar pero luego cuatro soplos y fuera nubes de Tobed y su término municipal.
El bueno de Bernardo había preparado dos recorridos: uno corto hasta la Fuente del Ribazo, (que luego alguno de los «menos andarines» prolongó un ratico más) y la excursión larga que nos dejó en la Fuente de Collarte, un bonito lugar donde hicimos un alto en el camino para reponer líquidos, sales, minerales y todas esas milongas que nos buscamos para echar un bocado y meterle unos tientos a la bota de vino.
El paisaje, realmente espléndido, estuvo adornado por los colores del otoño que lucía sus mejores galas entremezclándose los tonos rojizos con los amarillentos, los verdes intensos y el azul del cielo por encima de todos ellos componiendo un bello cuadro que hizo las delicias de nuestros andarines.
Una bajada con «su aquel» nos fue acercando hacia las proximidades de Tobed, donde aún nos esperaba una grata sorpresa: el paraje natural denominado «Los Abuelos» situado en el barranco de Trascastillo que sin duda tomó su nombre de la antigua fortaleza de la que se han conservado dos torres y desde lo alto de una de ellas pudimos disfrutar a vista de pájaro de este sorprendente y precioso paisaje que hizo echar humo a las cámaras de fotos porque realmente es de lo más atractivo.
Una vez saciados de tanta belleza, nos acercamos a Tobed para conocer de cerca los bonitos rincones de este pueblo a caballo de las sierras de Algairén y Vicor. Descubrimos sus rincones guiados por Bernardo y todos quedamos con la boca abierta con la Iglesia de la Virgen de Tobed y es que cuando está declarada como Patrimonio Mundial del Mudéjar por la UNESCO por algo será. Las explicaciones de José Luís el guía, no dejaron lugar a dudas pues con verbo fácil nos fué contando los secretos del mudéjar y en particular de la Iglesia de Tobed.
Aún quedó tiempo para agotar las existencias de la panadería del pueblo (que pandilla de morrudos/as son esta gentes de L’Andada) y para visitar el Museo del Mudéjar situado en el Palacio del Comendador, antes de dirigirnos a comer en el restaurante «El Patio» de La Almunia donde como siempre Fernando y sus compañeros/as nos obsequiaron con una rica comida. Al final de la misma el reencuentro con nuestros amigos Mª Carmen y Angel (¡pero que guapa está esa mujer!) fue el colofón perfecto de este día tan intenso.
En el regreso a Zaragoza se oían algunos comentarios de la guisa de: no se si Bernardo es consciente de donde se ha metido al hacerlo tan bien…porque de vez en cuando le va a caer el organizar más excursiones por su pueblo de adopción.
