Siguiendo la tradición (y ojala que dure mucho tiempo) un puñado de buenos gourmets y algunos incluso buenos caminantes, nos dimos cita una vez más para celebrar la llegada de la primavera con la clásica comida-
Pero como había que acallar las malas conciencias que suele producir este tipo de comidas, pues no se nos ocurrió nada mejor que proponer una ruta urbana de senderismo por los alrededores de Zaragoza con el fin de quemar por anticipado lo que luego nos esperaba en la Escuela de Hostelería.
En esta ocasión el recorrido elegido partió del Parque Labordeta (¡Cuánto echamos de menos tu honradez en estos tiempos tan convulsos!) para seguir por las orillas del Canal hasta el Laberinto Solar y continuar por los límites del barrio de Miralbueno para terminar en la Escuela.
Diez fueron los participantes en la excursión aunque luego a comer se apuntaron otros trece más, cosa que en este tipo de excursiones suele suceder siempre, pero aunque éramos pocos no por ello nos desanimamos y con buen humor y a un ritmo bastante aceptable fuimos pasando por los bonitos rincones que tiene este recorrido. No faltó a la cita nuestro amigo “el cierzo” con unas rachas que en algunos momentos casi nos arrastraba, pero hace falta algo más que un fuerte viento para arredrar a los chicos/as de L’Andada que seguimos adelante hasta completar los catorce kilómetros de que constaba la excursión.
Luego la recompensa vino de la mano de las alumnas y alumnos de la Escuela de Hostelería que en esta ocasión se lucieron de forma excepcional y aunque sólo sea para poner el morro largo a los que se lo perdieron y que a la próxima vez se animen a participar, ahí va el menú con que nos deleitaron:
Salmón marinado con sandía y albahaca.
Zurito de ajo blanco.
Salpicón de pulpo y mejillones.
Pastel de pescado, gambas y puerros con salsa de marisco.
Brocheta de langostinos al güisqui.
Costilla asada con salsa Teriyaky de piña.
Delicias Miralbueno (que no es una línea de autobuses, sino un postre de rechupete).
Todo regado con vinos de la tierra, incluido un estupendo moscatel de Ainzón.
Si una cosa estaba buena, la otra estaba igual ó mejor, así que después de una agradable sobremesa, todos nos fuimos a nuestras casas con un estupendo sabor de boca, felicitando a los alumnos de la escuela y sus profesores y citándonos para el mes de noviembre con otro recorrido urbano y la posterior comida.