Apreciados compañeros, amigos y simpatizantes de la afamada sección de montaña LosMartesLibro:
El grupo editorial «LosMartesLibro al sol» ha decidido realizar una nueva crónica, esta vez de la excursión del día 29 de abril de 2014 que empezó en Echo y continuó por Siresa, el barranco de Hospital, el puerto de Ansó y la Sierra de los Dos Ríos para acabar de nuevo en Echo.
Que sepáis que, en un nuevo alarde de carisma del club, conseguimos juntar a 39 infelices para que nos acompañaran en el paseo.
Empezamos sobre las 10 h., como estaba previsto, en el camping, atacando la primera subida. Hicimos una pequeña parada arriba para comernos el plátano y coger juntos la bajada hasta Siresa, que era la parte del camino en la que era más fácil perderse (gracias a la magnífica planificación no extraviamos a nadie).
Una vez cruzado el pueblo de Siresa, emprendimos la subida (ligera) por el barranco de Hospital hasta que encontramos un abrevadero y aprovechamos para parar a almorzar.
Después de esto, cruzamos el barranco para bajar por el otro lado un ratico y meternos con la cuesta más fuerte de la excursión, que nos llevó sin problemas hasta el puerto de Ansó o de Los Arrieros, donde procedimos a comer (algunos como bestias) y a tomarnos el correspondiente cafetito y unos espirituosos.
Aquí no quiero dejar de recordar a nuestro amado líder espiritual y proveedor de carajillo de ron, Pepe Morés, que debido a una lesión en la espalda (no se sabe si por sobreentrenamiento o por hacer el amor en demasía) no pudo acudir a la excursión, dejando el tema de la conducción del grupo en manos del monitor benévolo más irresponsable de la historia.
Aquí se separó el grupo en dos partes, la de los cobardes por un atajo que ya estaba previsto y la de los hombres y mujeres de verdad, que hicieron una pequeña subida más por la Sierra de los Dos Ríos para bajar un poco más lejos.
La bajada transcurrió sin problemas, llegando al camping sobre la 16 h. el primer grupo y unos tres cuartos de hora más tarde el segundo.
Tras tomar la cervecita de rigor, nos montamos en el autobús para volver a Zaragoza, momento que aprovechó lo que es la meteorología para tirar unas goticas, que nos respetaron durante la excursión propiamente dicha (extraordinaria la sincronización de la excursión con el hombre del tiempo).
Llegamos a Zaragoza sobre las ocho y media sin ningún incidente y nos retiramos a nuestras casas para desgracia de las familias respectivas.









«Cuando todo da lo mismo, por qué no hacer alpinismo» Javier Krahe