Para cerrar el “Ciclo Gamarra”, decidimos programar esta excursión para el mes de Abril cuando nuestra gente ya está en plena forma para atacar una cima tan clásica como el Pico Gratal.
No obstante todavía había unos cuantos de nuestros habituales que no habían subido a este pico que parece estar vigilando la ciudad de Huesca y los pueblos que forma la Hoya, así que con este aliciente, una vez más la afluencia fue muy numerosa a pesar de alguna baja de última hora a causa de esos catarros primaverales que dan tanto la lata. Aún así llegamos a los 64 caminantes.
Un cielo nuboso nos recibió al llegar a Yéqueda donde paramos a desayunar, pero no parecía que nos fuera a aguar el día como luego pudimos comprobar, así que una vez bien desayunados y con ganas de “marcha” nos acercamos hasta el Pantano de Arguís para dar comienzo a la excursión.
¡Que gozada ver el pantano con agua abundante! Un montón de pescadores estaban ya caña en ristre dispuestos a rebajar el número de habitantes con escamas que viven en este pantano, pero nosotros íbamos a lo nuestro y comenzamos a caminar desde la misma orilla del pantano por una pista rodeada de pinos que nos obsequiaron con esa olor tan agradable que sólo ellos saben dar.
Poco a poco el camino en suave ascenso nos fue acercando hacia el Barranco de las Calmas y un poco más adelante, el grupo se dividió entre los que se lanzaron en busca del Pico Gratal (algunos como si lo fueran a quitar al mediodía) mientras que los que se decidieron a hacer la excursión corta se lo tomaron con más calma y fueron disfrutando del paisaje que invitaba a hacer fotos y a recrearse con la vista del pantano y las montañas que lo rodean.
Pronto apareció el cartel que indicaba el camino al Pico Gratal y seguidamente una empinada rampa hizo que la mayoría comenzara a quitarse ropa. Terminado este fuerte repecho, la senda se internó en un bonito bosque que desemboca el un mirador preciosos desde donde se contemplan los Llanos de Fenés y enfrente el Pico Gratal desafiante y hermoso. Una foto de familia y docena y media de aguerridos/as se lanzaron en busca de la cumbre mientras el resto conducidos por Gamarra se decidieron por hacer un recorrido un poco más suave regresando hacia el pantano de Arguís.
Con buen ánimo, “el grupo de los 18” descendimos hacia los Llanos de Fenés y sin perder tiempo comenzamos el ascenso a Gratal que en poco más de media hora fue “pan comido” y es que estos de “L’Andada” cuando se ponen…se ponen. Unas cuantas fotos mientras se reponían los líquidos y los minerales y ¡ála! a bajar que si no igual hacemos tarde para comer. Unas pocas gotas de agua durante un tramo del regreso a Arguís, seguida de unos rayos de sol y en un pis-
Como siempre en el restaurante Fetra de Yéqueda nos dieron de comer “de pistón” y después aún nos quedaron ganas de acercarnos hasta Huesca para ver el Convento de “Las Miguelas”. La torre románica y su ábside gótico son lo más destacado de este Convento situado junto al Puente de San Miguel sobre el río Isuela que bajaba con una buena cantidad de agua. Las monjicas nos enseñaron la iglesia, las bonitas velas decoradas que hacen por encargo, pero nos quedamos sin ver el claustro por que tenían un compromiso con otro grupo, en fin para otra vez será.
El regreso a Zaragoza fue pasado por agua, pero el día estaba ya salvado y una vez más el agua llegó cuando la jornada de senderismo ya había concluido.