Dentro de nuestra idea de recorrer el Camino del Cid por Aragón, este año “tocaba” hacer la segunda etapa que comenzaba en Ariza y terminaba en Bubierca, aunque los últimos 3 Km. decidimos anularlos por que transcurren por la antigua carretera nacional a Madrid y aparte de peligroso para caminar un grupo grande de senderistas, resulta poco atractivo.
Como suele suceder todos los eneros, a pesar de estar en pleno invierno nuestra gente de L’Andada se anima a caminar sin amilanarse por el frío, la niebla ó cualquier otro fenómeno meteorológico propio de la estación, ya que la excursión de enero sirve para eliminar 50 ó 60 gramos de los 3.000 ó más que se suele ganar en las fiestas navideñas. Nosotros somos así.
En esta ocasión no fue menos la participación y 66 aguerridos/as senderistas nos dimos cita en esta primera excursión del año con una previsiones meteorológicas optimistas que se vieron plenamente confirmadas. Salíamos de Zaragoza con ¡13º C en pleno mes de enero! Y todo el día transcurrió alrededor de esa temperatura que hizo la jornada de lo más agradable. Como siempre, lo primero es desayunar para coger fuerzas y alegrar el ánimo con esos buenos vinos que hay por nuestra tierra y una vez terminado el bocata… pues que nos echen kilómetros.
Mientras los participantes en la excursión corta se tomaban las cosas con su calma habitual, guiados por Pablo Estornel, oriundo de la zona y profundo conocedor de la misma, los que iban a hacer la excursión completa comenzaron con su “marcha” que parece que los persigue la policía y que enseguida produce la rotura del pelotón en un montón de “grupetos” como dicen los comentaristas del Tour de Francia. Alguno incluso decía ver las huellas del caballo del Cid, pero llegamos a la conclusión que en realidad lo que sucedía era que en vez de un par de tragos a la bota se había metido entre pecho y espalda tres ó cuatro lingotazos de más.
A ese ritmo, tuvimos que llamar a las autoridades de Cetina para que los sujetaran un poco cuando llegaran allí, no fuera cosa que alguien se “pasara” de largo el pueblo. A pesar de estar vigilantes, aún se les escapó una compañera que llegó a Alhama de Aragón un poco extrañada de ir todo el camino en solitario; “demasiado raro me parecía a mí que no veía a nadie ni por delante ni por detrás” fue su comentario cuando por fin la localizamos en dicho pueblo.
Gracias a uno de los participantes en la excursión, nativo de Cetina, pudimos ver el interior de la Iglesia parroquial de San Juan Bautista del siglo XVII y los menos andarines hasta el curioso Museo de la Contradanza de Cetina. Muy orgullosos están los habitantes del pueblo de su Castillo-
Los andarines “correcaminos” continuaron con su marcha habitual hasta Alhama de Aragón en animada charla y cuando llegamos a dicho pueblo, todavía una docena larga se atrevió a culminar la jornada hasta las inmediaciones de Bubierca, realizando un bonito recorrido por los meandros del río Jalón. Sin tiempo para más, rápidamente a comer al Restaurante “Tito” de Alhama donde nos sirvieron una comida muy buena que bien regada por el tinto de Ibdes, desató aún más de lo habitual las lenguas de de nuestra gente.
Aún quedó tiempo después de comer para realizar una visita “un pelín clandestina” a las Termas Pallarés donde los que no las conocían, se llevaron una gratísima sorpresa sobre todo con la belleza de su lago termal y los edificios principales de este establecimiento, incluso a alguno tuvimos que sujetarlo por que quería darse un baño en el lago para comprobar si era verdad que el agua está calentica, aunque en realidad a todos nos pareció apreciar que él estaba más “caliente” que el agua del lago. En el viaje de vuelta todavía quedó tiempo para reírnos con esas bromas telefónicas tan graciosas que se gastan en las emisoras de radio y que gracias a los Ipod disfrutamos todos de ellas con grandes carcajadas.