16-03-2013 DE ADEMUZ A VALLANCA POR EL RÍO BOHILGUES

Le teníamos ganas a esta excursión que en el 2.012 tuvimos que sustituir por otra debido a la sequía que asolaba el país allá por el mes de octubre. Con muy buen criterio, Marina (ese hallazgo maravilloso que encontramos hace dos años en Torrelacarcel) nos aconsejó dejar este recorrido para cuando hubiera agua abundante en esta zona valenciana emparentada con nuestro querido Teruel.

En cuanto comenzó la excursión, no pudimos por menos que aplaudir su consejo, pues gracias a las lluvias caídas durante la última temporada, el río Bohilgues y no digamos el Turia (nuestro Guadalaviar, según se le conoce en Teruel) llevaban agua más que suficiente para hacer del recorrido una auténtica delicia.

El tiempo nuboso, no fue obstáculo para que se llenase el autobús de 68 plazas y después de desayunar en “El Milagro” de Teruel donde más de uno pidió que el milagro del día fuese que la lluvia no apareciera, continuamos viaje hasta las inmediaciones de Vallanca ya dentro de la Comunidad Valenciana, donde comenzó la excursión con buenos ánimos y las ganas de “cascar” habituales. Enseguida “los correcaminos” conducidos por Marina, empezaron a devorar millas mientras que los habituales de la excursión corta se tomaban las cosas con mucha más calma, alternando el senderismo con la recogida de frutos secos, fotografías desde todos los ángulos y la tranquilidad rayana en la pachorra que caracteriza a nuestros colegas “menos andarines”.

Pronto apareció el río Bohilgues y sus transparentes aguas, donde se alternan los tramos tranquilos con pequeños saltos de agua que junto a los cañones de este río (que nos recordaron otros más famosos como los del río Lobos), el paraje de la Veguilla y la cálida temperatura, hizo que la mañana transcurriera en un santiamén. Al llegar a Ademuz, una buena parte del grupo decidió quedarse a conocer este pueblo y ¡como no! a localizar los lugares típicos: confiterías, carnecerías, etc., mientras que el resto siguió con el programa previsto de llegar hasta Casas Bajas, caminando por las orillas del Turia que bajaba con un cauce abundante que daba gozo verlo.

Después de un agradable paseo por la cuenca del río, apareció Casas Altas y ya enfilamos el tramo final del recorrido hasta alcanzar Casas Bajas donde nos estaban esperando en “La Moncloa” (donde afortunadamente no había ningún político) con una excelente y abundante comida que provocó que tuviera que salir el cocinero a recibir la cerrada ovación de la gente de nuestro grupo, muy contentos con la labor de este señor que presentaba un aspecto de cocinero impresionante, incluido un enorme gorro y una simpatía desbordante. Las fotos con este buen señor, se multiplicaron y como el trayecto hasta Zaragoza se acerca a las tres horas, en esta ocasión no hubo tiempo para más y terminamos la jornada con una siesta de tamaño extra que algunos prolongaron hasta las cercanías de Cuarte de Huerva sin enterarse de que en Torrelacarcel Marina se había despedido de nosotros hasta el mes de Junio donde seguro que nos sorprenderá con otro recorrido de esos que tanto nos gustan.

L'andada en marcha
L’andada en marcha
L'andada en la moncloa de Casas Bajas
L’andada en la moncloa de Casas Bajas

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