15-09-2012 SUBIENDO A GABARDITO

Casi once años y medio habían transcurrido desde aquel 5 de Mayo de 2.001 cuando hicimos la primera subida a Gabardito caminando entre una capa de nieve (¡que tiempos aquellos que nevaba incluso en primavera!) En esta ocasión, no hubo que recular ya que la ventisca de aquel día fue sustituida por una mañana espléndida que nos hizo disfrutar de este paraje tan hermoso de nuestro Pirineo.

Como de costumbre, Norberto y Fernando habían estudiado con meticulosidad todos los detalles del recorrido. Con lo único que no habían contado fue con esa cosa que se llama “viejera” (no confundir con viajera que es otra cosa) y que cada vez más se va notando en nuestro grupo. Los soplidos cuando subíamos las rampas de acceso a Gabardito, nos hicieron recordar al sonido de la ventisca de la anterior visita a Gabardito.

Tras culminar la parte mas dura de la subida y trepar por las “temidas” clavijas, llegamos a los llanos que preceden al refugio de Gabardito donde nos recibió un paisaje que invitaba a la fotografía y por supuesto no faltaron ni las fotografía de grupos ni el buen humor que siempre acompaña a nuestra gente, incluso nos encontramos allí con Daniel Aguilar, uno de los veteranos andarines de antaño, lo cual nos llenó de alegría.

Las vistas desde Gabardito son de las que no se olvidan fácilmente: Collarada, Ip, Aspe, La Moleta, Los Lecherines…, todos ellos rodeándonos y recordándonos lo poco que somos cuando nos comparamos con la Naturaleza. Después de un bonito paseo por la zona, comenzamos el descenso por las praderas de Heidi hasta el Barranco de los Meses y nos internamos en el Bosque de los Enanitos que desemboca en las inmediaciones de Canfranc a donde llegamos justo a la hora de tomar unas cañas para quitar el polvo del camino de nuestras secas gargantas, y es que el agua no es lo mismo para solucionar este problema.

La comida en el Albergue-Refugio de Canfranc fue de las ruidosas y no lo digo por las consecuencias de las judías que nos pusieron para comer, sino por las ganas de cascar que tenía la gente durante la comida; habrá que hacer los recorridos más duros para ver si baja el tono de las conversaciones.

Pero después de comer, todavía nos aguardaba una sorpresa muy agradable: la visita de la Cueva de las Güixas (Brujas) en Villanúa donde todavía se puede apreciar el agujero de la chimenea bajo el cual las brujas hacían los akelarres invocando al demonio (más de una sintió la sensación de haber estado allí en alguna reencarnación anterior, pero no habían traído la escoba y se quedaron con las ganas de salir volando por el agujero). Luego fueron pasando ante nuestros ojos los grupos de rocas formando figuras curiosas como la “Fuente de los Amantes”, “El Fraile”, “La Serpiente” y sobre todo nos encantó la espectacular sala denominada “La Catedral” con sus 16 metros de altura.

Los comentarios sobre la cueva se entremezclaban en el viaje de vuelta con los relativos a la tournée por Galicia que algunos de los presentes iban a disfrutar a partir del día 17 amenizados por los cada vez más frecuentes ronquidos, que hicieron que el viaje de regreso a Zaragoza se hiciera más corto de lo habitual.

L'andada en Gabardito
L’andada en Gabardito
Un alto en el camino
Un alto en el camino

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