Mucho costó este año decidir por la Federación Aragonesa de Montaña el lugar de celebración del Belén Montañero, no sabemos si debido a la “dichosa” crisis que ha dejado a los ayuntamientos a dos velas ó por otros motivos, pero hasta casi acabado noviembre no tuvimos noticia de que por fin, el Ayuntamiento de Velilla de Ebro se había brindado a colaborar en este evento que por cierto, este año celebraba su 50 aniversario.
Como cada vez la “clientela” para acudir a esta excursión del Belén Montañero va creciendo en sabiduría pero también en edad, los recorridos van encogiéndose a medida que los participantes añaden hojas a su calendario, de tal manera, que a los actuales “tragamillas” de los distintos grupos de Senderismo, dichos recorridos no les seducen en absoluto y como dicen los modernos, “pasan de ellos”.
Aún así y todo, el grupo de L’Andada, una vez más cumplió sus objetivos y 35 valientes desafiaron al cierzo y al frío para acudir a esta cita anual. Por supuesto fueron más mujeres que hombres como ocurre habitualmente, pero todos bien avenidos llegamos escuchando música y aprendiendo a montar un Belén anticrisis hasta Velilla de Ebro donde lo primero fue entonar el cuerpo con moscatel y pastas patrocinados por Autocares Hermanos Díaz, seguidos del consabido bocata y el café que ya dejaron al personal en disposición de comenzar la jornada festiva.
Sobre las 9 ½ se comenzó a caminar para realizar lo que pomposamente se bautizó como la Ruta de las Ermitas, una mini excursión que se inició pasando por el lavadero del pueblo, su embarcadero y la Noria Medieval recién restaurado con el molino al lado, junto a la mejana del río Ebro que da nombre a la localidad. El recorrido continuó bordeando el pueblo y poco a poco elevándose hasta dejar a nuestros pies la Colonia Lépida Celsa fundada en el año 44 a.C. que representa la primera fase del proceso de romanización del Valle del Ebro.
La subida culminó en una pequeña ermita que no pudimos ver por estar cerrada y desde allí se inició el descenso hasta la ermita de San Nicolás de Bari y reagrupación en la plaza del Ayuntamiento, donde ya nos estaba esperando un caldo calentico que reanimó al personal de los azotes del cierzo, además de unos buenos platos de embutido que duraron menos que un paquete de caramelos en la puerta de un colegio.
La alcaldesa de Velilla agradeció la elección de su pueblo para conmemorar el 50 aniversario del Belén Montañero y seguidamente todos juntos nos dirigimos a la ermita de San Nicolás de Bari donde se celebró la Eucaristía seguida de un recital de villancicos por varias agrupaciones siendo la más numerosa la de los Amigos del Camino de Santiago.
Rápidamente marchamos la gente de nuestro grupo a comer a Quinto de Ebro, donde la amiga Mena nos tenía preparados unos platos que nos hicieron entrar en calor rápidamente y el vino potente comenzó a desatar las lenguas armando un guirigay importante y es que este es uno de los alicientes de las excursiones: charrar un rato con los amigos y compañeros en buena armonía mientras se disfruta de una buena comida.
Haciendo brindis por que estas reuniones se prolonguen a lo largo de muchos años sin que ni uno solo de los asistentes se lo pierda, emprendimos el regreso a Zaragoza pensando ya en las próximas fiestas navideñas y a ver si el día 22 nos toca la lotería.